Saverio el cruel

El barrio de Palermo se verá convulsionado por la historia de Saverio, un cándido mantequero que será utilizado por un grupo de hombres y mujeres para su diversión. Los integrantes de la barra, jóvenes dispuestos a todo con tal de pasar un buen momento, eligieron como blanco a este vendedor puerta a puerta para urdir la burla. No sin poesía y crueldad, se presume que se vivirá una historia de amor, de locura y de muerte.


Teatro: Andamio’90

Funciones: Viernes 21:00hs

Valor de entrada: $30 estudiantes/jubilados $20


Reestreno :05/03/2010
Autoría: Roberto Arlt
Género: Comedia Dramática
Compañía: Grupo Punto de Fuga
Actúan: Soledad Rodríguez -Pablo Guises -Ariel Guazzone - Paula Ettedgui -Rosario Albornoz -Eugenio Erretegui -Luciana Procaccini –

Voz en OFF: Carlos Bisigniano
Vestuarios: Maria Veronica Duran

Prensa: Alicia Accinelli
Dirección: Guillermo Ferraro

Criticas sobre la obra

Saverio el cruel (2009) de Roberto Arlt
Por El Grupo Punto de Fuga
El delicado equilibrio entre la perversidad y la locura

Roberto Arlt, construye en la textualidad de Saverio el cruel (1936) la posibilidad de ejercer una crítica social al momento prebélico de la segunda guerra mundial, en la descripción de la locura de Susana, arquetipo de una clase social que oculta su ociosidad en un juego macabro, el famoso titeo, la burla despiadada del otro, para el propio divertimento. Por otro lado, el burlado también deja fluir su imaginación y teje entre la realidad y la ficción, un coronel de fantasía que presenta rasgos inequívocos de las cabezas del fascismo de la época: Hitler y Mussolini. Sin divisiones entre buenos y malos, sino entre sanos y enfermos de tedio o de ansia de poder. Todo eso lo hace a través de la ironía, el humor negro, algunos procedimientos del expresionismo, y una mirada cáustica sobre las criaturas que conforma sobre las que no deja reposar una palabra de piedad. La puesta dirigida por Guillermo Ferraro pasa el punto de vista por los elementos lúdicos que el texto permite y desarrolla su humor permitiendo que los personajes expresen las contradicciones de un juego perverso que termina en tragedia. El personaje de Susana que lleva adelante Soledad Rodríguez, pasa del desborde de la locura del primer acto, a la pérdida de control una vez descubierta la farsa pero con un tipo de actuación contenida, sobre todo en el último cuadro, que logra el clima necesario para ese final que sella su locura. El personaje de Saverio, Eugenio Errategui, despierta la sonrisa y la ternura en el primer acto, la sorpresa ante el delirio que la farsa del poder le provoca en el segundo, y logra la serenidad de la razón hacia el final, cuando por fin se da cuenta del abismo de su fantasía. Una mención aparte para el personaje de Simona, Paula Ettedgui, y una muy buena resolución de los otros personajes testigos y actores responsables para configurar la farsa: Pablo Guises, Rosario Albornoz, Ariel Guazzone, Luciana Procaccini. La escenografía minimalista y funcional a la intriga permite que sean el texto y las actuaciones las que retengan la atención del espectador que ve desarrollarse las acciones con buen ritmo, y sin fatiga.

María de los Ángeles Sanz (UBA- La Vorágine)

Cuando la gente se aburre es principalmente de ellos mismos. (Eric Hoffer)

Por Gisela Ayram.



Vivimos en un país donde un presidente, bajo el miedo de ser caratulado como tal, llegó a hacer un spot publicitario para comprobar que no es aburrido, aunque solo faltaba verlo intentando irse de un set televisivo por salidas equivocadas para demostrar que era todo un comediante (que supo como hacernos llorar a todos). ¿Qué es el aburrimiento sino una cosa para vencer? Pero… ¿Hasta donde se puede llegar para cumplir con el objetivo del entretenimiento?

Un grupo de niños bien resuelven montar un acto, una realidad paralela con el fín de romper con su aburrimiento. Saverio, el joven trabajador, vendedor de manteca, será persuadido por los jóvenes, no solo de jugar un papel en esta invención sino también de ser la carne que sacia el tedio en la mesa de los ricos: el protagonista de una verdadera historia de amor, locura y muerte.

Susana, la organizadora de la farsa, finge ser una reina que ha enloquecido. Los personajes testigos y cómplices le siguen la corriente, al punto de hacer del mantequero un general quien, según la historia en la cabeza de la loca reina, desea verla decapitada. Saverio acepta el papel y lo hace suyo, haciendo volar su imaginación hasta construirse a si mismo como un dictador implacable, cruel, sangriento… y con guillotina propia pues ¿Cómo es que se hace para gobernar sin cortar cabezas?

El desarrollo argumental de la obra de Arlt transcurre en un doble plano, entre el contexto miserable que poseen los personajes y el soñado, concientes de que los mismos son producto de sus deseos y frustraciones. El ida y vuelta entre estas dos partes, presentes en las obras dramáticas del autor, dan como resultado una superposición, interacción o intercambio entre una por la otra: la cotidianeidad por la ensoñación, la realidad por la fantasía.

La brecha entre las clases sociales, de cómo el poder imaginario puede transgredir al hombre, hasta donde puede llegar una farsa con el objeto de entretener y cual es el final del juego son solo lecturas superficiales en el texto de la obra que es rica en concepto y en forma. Es definitivamente un desafío para quienes disfrutan el razonamiento de lo humano, del quienes somos y hacia donde podemos llegar creyéndonos otra historia, o asumiendo un papel distinto al que nos configura la sociedad, nuestro entorno y educación.

http://www.revistasiamesa.com.ar/2010/04/saverio-el-cruel-de-roberto-arlt.html